El pasado 26 de enero de 2025, un evento inusual ocurrió en las costas de Tenerife: un pez diablo negro, una especie abisal que habita a más de 2.000 metros de profundidad, fue avistado en plena luz del día cerca de Playa San Juan. Este hallazgo, registrado por la ONG Condrik-Tenerife, ha desconcertado a los científicos y abre interrogantes sobre las razones detrás de su inusual aparición en aguas superficiales.
¿Por qué el pez diablo negro emergió a la superficie?

El avistamiento del pez diablo negro en aguas poco profundas ha generado múltiples hipótesis entre los expertos. Una de las posibilidades es que los cambios en la temperatura del agua, impulsados por el calentamiento global, hayan alterado su hábitat natural, obligándolo a salir de las profundidades.
Otra teoría sugiere que pudo haber sido arrastrado por corrientes oceánicas ascendentes, un fenómeno poco común pero documentado en otras especies abisales. También es posible que el ejemplar de pez diablo negro estuviera enfermo o herido, lo que podría haber afectado su capacidad para mantenerse en las profundidades.
Algunos científicos consideran que la alteración de los ecosistemas marinos debido a la contaminación y la pesca intensiva está afectando a muchas especies de aguas profundas, obligándolas a migrar hacia zonas menos usuales en busca de alimento. Sin embargo, aún no hay una conclusión definitiva sobre qué causó la presencia de este pez en la superficie.
Características del pez diablo negro y su papel en el ecosistema

El Melanocetus johnsonii, conocido como pez diablo negro, es una de las criaturas más enigmáticas del océano. Su apariencia aterradora, con una boca llena de afilados dientes y un apéndice bioluminiscente en su cabeza, lo convierte en un eficiente depredador en las profundidades marinas.
Este pez se ha adaptado a vivir en condiciones extremas de oscuridad y alta presión, utilizando su bioluminiscencia para atraer presas. Su dieta se compone principalmente de peces más pequeños y crustáceos que habitan en la zona abisal.
Un dato curioso es que esta especie ganó popularidad gracias a su aparición en la película Buscando a Nemo (2003), en la icónica escena donde Marlin y Dory se enfrentan a un pez con una trampa biológica luminiscente. Sin embargo, en la realidad, su vida sigue siendo un misterio para la ciencia, pues rara vez se ha logrado estudiar ejemplares vivos en su hábitat natural.
El avistamiento del pez diablo negro en Tenerife ha sido un acontecimiento único que resalta la importancia de seguir explorando y protegiendo nuestros océanos. Aunque las razones detrás de su aparición en aguas superficiales aún no son del todo claras, el evento plantea preguntas fundamentales sobre el impacto del cambio climático y la alteración de los ecosistemas marinos. Este hallazgo es una oportunidad para comprender mejor las especies abisales y los efectos que los cambios ambientales tienen en la vida marina.
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