No solo los antiguos egipcios cultivaban la vid y producían vino. Otra civilización antigua también aprendió la técnica e hizo de este producto parte de su cultura: los griegos.
La producción de vino llegó a Grecia, donde impregnó todos los aspectos de la sociedad griega de la época, haciéndose presente en la literatura, la mitología, la medicina y el ocio, afirma un artículo de la Universidad de Cornell, también en Estados Unidos, que organizó hace unos años una exposición sobre la historia de esta bebida.
En su apogeo, la civilización griega contribuyó a extender la cultura del vino a los lugares que colonizó, como las regiones del norte del Mediterráneo y la costa del Mar Negro, compartiendo el hábito con la civilización etrusca y, más tarde, con los romanos y los celtas, explica la Enciclopedia de la Historia Mundial.
Más tarde, cuando el Imperio Romano se apoderó de Grecia (hacia el año 168 a.C.), los romanos llevaron algunos esquejes de vid de Grecia a Italia, cultivando la uva más allá de su territorio y extendiéndola a sus dominios.
Esto ocurrió en los valles del Rin y del Mosela, que se convirtieron en las grandes regiones vinícolas de Alemania y Alsacia (región histórica del noreste de Francia), el Danubio (donde hoy se encuentran Rumanía, Serbia, Croacia, Hungría y Austria), así como los valles del Ródano, Saona, Garona, Loira y Marne, lugares donde hoy se encuentran importantes regiones vinícolas francesas como Borgoña, Burdeos, Loira y Champaña, señala Britannica.
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