Según un artículo de NatGeo España titulado División, hambre y muerte: así fue el cónclave más largo y complicado de la historia, fue tras la muerte del papa Clemente IV cuando tuvo lugar una de las elecciones papales más tensas de la Iglesia católica. Duró casi tres años, de 1268 a 1271.
Clemente IV murió el 29 de noviembre de 1268 en Viterbo y fue papa sólo de 1265 a 1268, detalla la Enciclopedia Britannica (una prestigiosa plataforma de conocimiento general). Clemente, cuyo nombre de nacimiento era Guido Foulques, era un religioso francés que trabajó como jurista para el rey Luis IX antes de hacerse sacerdote.
Al morir la esposa de Foulques hacia 1256, se convirtió en sacerdote y más tarde en obispo, arzobispo (y cardenal en 1261), trabajando en distintas partes de Francia, señala la fuente enciclopédica.
Clemente fue nombrado papa in absentia (es decir, mientras se encontraba fuera de Italia en misión diplomática en Inglaterra) el 5 de febrero de 1265, señala Britannica. En su breve papado, centralizó la autoridad en la figura del papa al decretar que todos los nombramientos occidentales de la Iglesia católica pertenecían a Roma, añade.
A la muerte de Clemente, la siguiente elección papal requería una mayoría de dos tercios de los votos de los cardenales. Sin embargo, esta cifra empezaba a ser imposible de alcanzar, ya que “las dos facciones mayoritarias de cardenales de la época se vetaban mutuamente”, explica el artículo de NatGeo.
“Además, había un número muy reducido de cardenales con derecho a voto (20), lo que significaba que el nuevo papa debía conseguir al menos 14 votos favorables”, explica el texto.
“Si al principio votaban cada día, más adelante empezaron a hacerlo una o dos veces por semana, y más adelante podían pasar varias semanas sin una votación”, relata el artículo. Esto se debía a que “cada bando intentaba atraer a cardenales contrarios con promesas más políticas que espirituales”.
Al cabo de casi tres años de discusiones, “las autoridades y habitantes de Viterbo se hartaron y tomaron medidas drásticas para acelerar la decisión”, prosigue el artículo. Esto sucedió, aunque “a costa de la muerte de tres cardenales” y con consecuencias que persisten hasta hoy, incluido el propio nombre de “cónclave”, indica la fuente.
0 Comments