Investigadores de UCLA Health han identificado el primer fármaco capaz de replicar completamente los efectos de la rehabilitación física en modelos animales, abriendo una nueva era en la recuperación post-ictus. Este avance, publicado en Nature Communications, podría transformar el paradigma terapéutico actual, ofreciendo una alternativa farmacológica allí donde la fisioterapia alcanza sus límites.
El accidente cerebrovascular y sus límites terapéuticos actuales

El accidente cerebrovascular es la principal causa de discapacidad en adultos a nivel mundial. La mayoría de los pacientes afectados no logra una recuperación completa, y actualmente no existe ningún tratamiento farmacológico aprobado para revertir los efectos del ictus. La rehabilitación física es, hasta la fecha, la única vía terapéutica para mejorar la función motora, aunque sus resultados son modestos y dependen en gran medida de la intensidad y constancia del proceso.
“El objetivo es contar con un medicamento que los pacientes con ictus puedan tomar y que produzca los efectos de la rehabilitación”.
Así eñaló el Dr. S. Thomas Carmichael, director de Neurología de la UCLA y autor principal del estudio. Según el especialista, la mayoría de los pacientes no puede sostener la intensidad necesaria para que la fisioterapia sea verdaderamente efectiva, lo cual deja un vacío terapéutico importante.
Frente a este escenario, el equipo de Carmichael propuso una ambiciosa hipótesis: ¿es posible diseñar un medicamento que imite los beneficios neuronales de la rehabilitación física? Así nació el estudio que podría cambiar radicalmente la forma en que se trata el ictus.
Cómo el nuevo fármaco restablece las conexiones cerebrales

El equipo de UCLA comenzó por estudiar cómo la rehabilitación física mejora la función cerebral después de un ACV. Lo que descubrieron fue sorprendente: el ictus no sólo daña el área cerebral directamente afectada, sino que también interrumpe conexiones neuronales en regiones alejadas del sitio original del daño. Esto impide que redes cerebrales complejas, responsables de funciones como el movimiento y la marcha, trabajen de forma coordinada.
La clave del hallazgo está en un tipo particular de célula: la neurona de parvalbúmina, esencial para generar ritmos cerebrales conocidos como oscilaciones gamma. Estas oscilaciones permiten que distintas neuronas se conecten en redes funcionales que sostienen conductas como el movimiento. El ictus interrumpe estas oscilaciones, pero la rehabilitación física logra restaurarlas.
Con esta base, los investigadores identificaron dos posibles compuestos capaces de excitar selectivamente las neuronas de parvalbúmina y reactivar las oscilaciones gamma en el cerebro. Uno de ellos, DDL-920, mostró una eficacia notable en ratones: los animales que recibieron el fármaco mejoraron significativamente su control motor, equiparable a los beneficios de la fisioterapia intensiva.
Este hallazgo no solo marca el desarrollo de un fármaco innovador, sino que también revela un circuito cerebral específico que puede ser modulado con precisión. En palabras de Carmichael, esto representa “un paso hacia la medicina molecular de la rehabilitación”, una frontera completamente nueva en el tratamiento de enfermedades neurológicas.
Próximos pasos y el futuro de la recuperación post-ictus

Aunque los resultados en animales son prometedores, el fármaco DDL-920 todavía no está listo para ser probado en humanos. Se necesitan más estudios para confirmar su seguridad, eficacia y viabilidad clínica. Sin embargo, el enfoque es revolucionario: por primera vez, se ha demostrado que es posible reproducir los efectos beneficiosos de la rehabilitación física mediante una intervención farmacológica dirigida.
Este avance no sólo tiene implicaciones para el tratamiento del ACV, sino que abre la puerta a una nueva comprensión de cómo restaurar funciones neurológicas perdidas a través de la estimulación farmacológica de redes cerebrales específicas. En el futuro, podríamos ver tratamientos similares aplicados a otras enfermedades que afectan la conectividad cerebral, como el Alzheimer o el Parkinson.
El descubrimiento del fármaco DDL-920 por parte de UCLA representa un antes y un después en la lucha contra las secuelas del ictus. Por primera vez, un medicamento ha logrado restablecer conexiones neuronales críticas en el cerebro, imitando con precisión los efectos de la rehabilitación física. Aunque aún queda un largo camino hacia su aplicación clínica, este avance da esperanza a millones de pacientes en todo el mundo y marca el inicio de una nueva era en la medicina neurológica.
Referencia:
- UCLA/UCLA discovers first stroke rehabilitation drug to reestablish brain connections in mice. Link
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