Un reciente descubrimiento de un fósil en Turquía está desafiando la narrativa tradicional de la evolución humana. Anadoluvius turkae, un simio fósil de 8.7 millones de años, ha abierto una ventana a la posibilidad de que los orígenes de los homínidos puedan haberse dado en Europa, no exclusivamente en África. Este hallazgo sugiere que Europa desempeñó un papel más relevante en la evolución de los ancestros humanos de lo que se pensaba hasta ahora.
El fósil que se convierte en una nueva pieza en el rompecabezas evolutivo

El fósil fue descubierto en el yacimiento de Çorakyerler, cerca de Çankırı, Turquía, gracias al trabajo de un equipo internacional liderado por el profesor David Begun, de la Universidad de Toronto, y la profesora Ayla Sevim Erol, de la Universidad de Ankara.
Este cráneo parcial, hallado en 2015, está excepcionalmente bien conservado, incluyendo la mayor parte de la estructura facial y la parte frontal de la caja craneana. Su análisis detallado permitió a los científicos identificar similitudes con otros simios fósiles europeos, como Ouranopithecus de Grecia y Graecopithecus de Bulgaria.
El fósil revela que Anadoluvius turkae era un simio de tamaño similar al de un chimpancé macho grande, con un peso de entre 50 y 60 kilogramos. Este homínido vivía en un entorno de bosque seco, pasando tiempo en el suelo y adaptándose a una dieta que incluía alimentos duros, como raíces y rizomas.
¿De África a Europa o de Europa a África?
Por décadas, la teoría predominante ha sostenido que los ancestros humanos surgieron en África antes de expandirse a otras partes del mundo. Sin embargo, el descubrimiento de Anadoluvius turkae refuerza una hipótesis alternativa: que los homínidos podrían haber evolucionado primero en Europa y luego migrado a África hace entre nueve y siete millones de años.
El profesor Begun destacó que los homínidos europeos pasaron más de cinco millones de años evolucionando en Europa occidental y central antes de dispersarse al Mediterráneo oriental y eventualmente hacia África. Esta migración podría haber sido impulsada por cambios climáticos que transformaron los bosques en entornos más abiertos, similares a los hábitats de los primeros humanos africanos.
Un ecosistema compartido

El entorno de Anadoluvius turkae incluía una diversidad de especies que recuerdan a los ecosistemas africanos actuales. Animales como jirafas, jabalíes, rinocerontes y carnívoros similares a leones compartían el paisaje. Este dato refuerza la teoría de una conexión ecológica entre Europa y África, sugiriendo que muchas especies modernas africanas podrían haber tenido sus orígenes en el Mediterráneo oriental.
Aunque el hallazgo de Anadoluvius turkae es significativo, no es suficiente para redefinir por completo la historia de la evolución humana. Los investigadores subrayan la necesidad de encontrar más fósiles en Europa y África de entre ocho y siete millones de años para establecer una conexión definitiva entre los homínidos europeos y africanos.
Este descubrimiento, publicado en la revista Communications Biology, destaca la importancia de explorar yacimientos fósiles fuera de África, los cuales han sido históricamente subestimados en la búsqueda de los orígenes humanos.
Si los homínidos realmente se originaron en Europa, esto transformaría nuestra comprensión de cómo y dónde evolucionaron los humanos. También pondría en evidencia la importancia de considerar teorías alternativas en el estudio de la evolución.
El fósil de Anadoluvius turkae no solo añade una nueva especie al registro evolutivo, sino que también reconfigura el debate sobre los orígenes humanos. A medida que se encuentren más evidencias, esta historia podría ser la clave para desentrañar uno de los mayores misterios de la humanidad: nuestro propio origen.
Referencia:
- Communications Biology/A new ape from Türkiye and the radiation of late Miocene hominines. Link.
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