Las bolsas de té, una solución práctica y cotidiana para millones de personas, han estado bajo escrutinio en los últimos años por su impacto ambiental y posibles efectos en la salud humana. Un nuevo estudio liderado por investigadores hispano-alemanes pone el foco en los microplásticos que algunas de estas bolsitas liberan, generando preocupaciones sobre su interacción con el cuerpo humano y su huella ambiental.
Microplásticos en bolsas de té
Las bolsas de té hechas de materiales poliméricos como nailon y polipropileno pueden liberar millones de micro y nanoplásticos al sumergirse en agua caliente. Estos diminutos fragmentos, invisibles al ojo humano, se desprenden del material cuando las bolsitas son expuestas a temperaturas cercanas al punto de ebullición.
El estudio evaluó tres tipos de bolsas de té:
- Bolsas de nailon-6: Liberaron 8,18 millones de partículas por mililitro, consideradas menos prolíficas debido a su durabilidad.
- Bolsas de polipropileno: Emitieron la mayor cantidad, alcanzando 1.200 millones de partículas por mililitro con un diámetro promedio de 137 nanómetros.
- Bolsas de celulosa de origen biológico: Liberaron 135 millones de partículas por mililitro, pero eran más grandes y podrían ser menos preocupantes debido a su base vegetal.
Estas cifras, aunque alarmantes, dependen del material de las bolsitas y del uso de grandes cantidades en las pruebas realizadas, donde se utilizaron hasta 300 bolsitas en 600 ml de agua.
¿Qué impacto tienen los microplásticos en el cuerpo humano?
La principal preocupación es la interacción de estos microplásticos con el sistema digestivo. En pruebas realizadas con células intestinales humanas en cultivo, los investigadores observaron que las partículas plásticas eran absorbidas por las células y, en algunos casos, interactuaban con los núcleos celulares.
Sin embargo, los resultados no mostraron daños medibles, ni un aumento en la producción de especies reactivas de oxígeno, que son indicadores de estrés celular. Esto sugiere que, al menos a corto plazo, los microplásticos no parecen causar efectos tóxicos significativos en las células estudiadas.
A pesar de ello, los investigadores advierten que las implicaciones a largo plazo de esta exposición aún no están claras. Los microplásticos podrían acumularse en los tejidos o tener impactos indirectos en la salud, como alterar el equilibrio del microbioma intestinal.
Impacto ambiental de las bolsas de té
El problema no solo radica en la salud humana, sino también en el medio ambiente. Las bolsas de té que no son biodegradables pueden fragmentarse en miles de millones de partículas demasiado pequeñas para ser vistas, contaminando el suelo y el agua. Aunque algunos fabricantes etiquetan sus bolsitas como «compostables», en muchos casos, esta afirmación no está respaldada por pruebas independientes.
La degradación de microplásticos en el medio ambiente puede tener consecuencias ecológicas, como interferir en los ciclos biológicos de pequeños organismos o alterar la composición química del suelo y del agua.
A pesar de estos hallazgos, es importante recordar los múltiples beneficios del consumo de té, especialmente el té verde. Diversos estudios han encontrado propiedades antioxidantes, reducción del riesgo cardiovascular y posibles efectos protectores contra algunos tipos de cáncer.
Hasta ahora, no hay evidencia de que los microplásticos liberados por las bolsitas de té hayan causado epidemias de enfermedades relacionadas con su consumo. Tampoco se han identificado vínculos claros entre las bolsitas de té y el cáncer u otras condiciones graves de salud.
¿Cómo elegir un té más seguro y sostenible?
Para los consumidores preocupados, hay varias alternativas para minimizar la exposición a microplásticos:
- Usar hojas de té sueltas: Prescindir de las bolsitas elimina el riesgo de liberar microplásticos en el agua.
- Verificar los materiales de las bolsas de té: Optar por bolsas de papel o materiales compostables comprobados puede ser una opción más segura.
- Consultar a los fabricantes: Buscar información sobre los materiales y procesos utilizados para fabricar las bolsitas.
Este estudio subraya la necesidad de más investigaciones para comprender plenamente el impacto de los microplásticos liberados por las bolsas de té en la salud humana y el medio ambiente. Aunque los resultados iniciales no apuntan a un daño inmediato, el principio de precaución sugiere optar por alternativas más sostenibles siempre que sea posible.
Mientras tanto, disfrutar de una taza con un bolsa de té sigue siendo una tradición saludable y reconfortante, siempre que se combine con una conciencia creciente sobre los materiales y el impacto ambiental de nuestras elecciones diarias.
Referencia:
- ScienceDirect/Teabag-derived micro/nanoplastics (true-to-life MNPLs) as a surrogate for real-life exposure scenarios. Link.
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