Dos depredadores provocan que los grandes tiburones blancos abandonen su hábitat por miedo


El gran tiburón blanco (Carcharodon carcharias) es uno de los depredadores símbolo de poder y dominio en los océanos. Esta criatura, conocido por su eficiencia y agilidad, rara vez es asociado con la idea de vulnerabilidad. Sin embargo, recientes investigaciones revelan un inesperado giro en la cadena alimenticia: las orcas (Orcinus orca), conocidas por su inteligencia y capacidad de caza, están desafiando a los grandes tiburones blancos. Este fenómeno está transformando los ecosistemas marinos y plantea preguntas cruciales sobre la supervivencia de estos icónicos tiburones.

La amenaza de las orcas: depredadores de tiburones blancos

Dos depredadores provocan que los grandes tiburones blancos abandonen su hábitat por miedo

Desde 2017, la población de grandes tiburones blancos en las costas de Sudáfrica ha disminuido drásticamente. Durante años, Gansbaai fue conocida como la capital mundial de estos depredadores, pero la presencia de estos depredadores ha ido menguando. En 2022, los científicos confirmaron que una pareja de orcas, apodadas Port y Starboard, son responsables de esta migración masiva de tiburones fuera de la región.

Estas orcas han desarrollado una técnica precisa para cazar tiburones: extraen selectivamente los hígados, órganos ricos en grasas y nutrientes esenciales. Este comportamiento no es accidental; representa una adaptación evolutiva en su estrategia de caza. Desde 2017, al menos nueve grandes tiburones blancos han llegado a la costa de Gansbaai con heridas distintivas, lo que confirma su depredación por parte de estas orcas.

Estudios más amplios, como uno realizado en la costa de San Francisco en 2020, revelan que los tiburones blancos abandonan áreas de caza preferidas durante semanas o meses si las orcas aparecen. La estrategia de evasión de estos tiburones recuerda a otros fenómenos en la naturaleza, como el desplazamiento de perros salvajes en Tanzania ante la presencia de otros depredadores, como leones.

Impacto ecológico de la ausencia de tiburones blancos

Dos depredadores provocan que los grandes tiburones blancos abandonen su hábitat por miedo

La ausencia de los grandes tiburones blancos tiene implicaciones significativas para los ecosistemas marinos. Al ser depredadores tope, su rol incluye regular las poblaciones de otras especies. Sin ellos, se genera un desequilibrio que afecta a toda la cadena alimenticia.

Un ejemplo claro es el aumento en la población de tiburones cobrizos (Carcharhinus brachyurus), quienes ocupan el nicho ecológico dejado por los tiburones blancos. Estos tiburones, a su vez, se convierten en nuevas presas para las orcas. Sin embargo, la ausencia de los tiburones blancos permite que las focas peleteras del Cabo depreden más intensamente a especies como el pingüino africano, una especie en peligro crítico de extinción.

Este desbalance también afecta a los recursos marinos desde abajo hacia arriba. La sobreexplotación de abulones, esenciales para mantener los bosques de algas marinas, interrumpe las conexiones entre las especies marinas y amenaza la estabilidad del ecosistema.

Una nueva técnica de caza

Dos depredadores provocan que los grandes tiburones blancos abandonen su hábitat por miedo

El comportamiento de las orcas como depredadores para cazar tiburones ha sorprendido a los científicos. Se enfocan en los hígados, que son grandes, grasos y ricos en energía, lo que sugiere un aprendizaje adaptativo en respuesta a cambios en la disponibilidad de presas tradicionales. Aunque este fenómeno no es exclusivo de Sudáfrica, su impacto es alarmante. En el Golfo de California, otras orcas han desarrollado estrategias para cazar tiburones ballena, lo que demuestra su capacidad de adaptarse a diferentes entornos y presas.

Dado que las poblaciones de tiburones blancos ya están disminuyendo a nivel mundial debido a la pesca y la pérdida de hábitat, la presión adicional de un depredador eficiente como las orcas podría agravar su vulnerabilidad. Los tiburones blancos subadultos, que ya enfrentan largos periodos de maduración, son especialmente susceptibles a esta nueva amenaza.

El futuro depende de un monitoreo más riguroso y de iniciativas globales de conservación. La investigación en curso sobre la interacción entre orcas y tiburones es esencial para comprender mejor los efectos a largo plazo en los ecosistemas marinos y desarrollar estrategias para proteger a estas emblemáticas especies.

Referencia:Taylor and Francis/Fear at the top: killer whale predation drives white shark absence at South Africa’s largest aggregation site. Link.


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