El divorcio de los padres aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular en la adultez


Un estudio reciente ha revelado que el divorcio de padres provoca que lo hijos tengan un 61 % más de probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular en la vejez. Aunque los hallazgos son observacionales, sugieren que el estrés infantil puede tener consecuencias de por vida en la salud cardiovascular, lo que abre nuevas interrogantes sobre los efectos del divorcio en el bienestar a largo plazo.

Un vínculo inesperado: divorcio infantil y riesgo de ictus

El divorcio de los padres y su impacto aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular en la adultez
Riesgo de accidente cerebrovascular en personas con diabetes y prediabetes en comparación con sujetos de control. (Kezerle et al., J Am Coll Cardiol. , 2021)

La investigación, publicada en PLOS ONE, analizó datos de más de 13.000 adultos mayores en EE. UU. y encontró una correlación significativa entre haber experimentado el divorcio de los padres en la infancia y el riesgo de sufrir un derrame cerebral en la adultez.

Este hallazgo es preocupante, pues la magnitud de la asociación entre el divorcio parental y el accidente cerebrovascular fue comparable a la de factores de riesgo bien establecidos como la diabetes o la hipertensión. De hecho, los participantes con diabetes tenían un 37 % más de posibilidades de sufrir un ictus, mientras que aquellos con depresión presentaban un 76 % más de riesgo. Aun así, tras controlar estos factores, el divorcio en la infancia seguía siendo un predictor significativo de esta afección.

Según la científica social Esme Fuller-Thomson, de la Universidad de Toronto, los resultados sugieren que la inestabilidad emocional en los primeros años de vida podría desencadenar efectos duraderos en la salud. Hasta ahora, la mayoría de las investigaciones sobre adversidades infantiles se habían centrado en el abuso físico o sexual, pero este estudio resalta que el divorcio es otro tipo de estrés que podría repercutir en la salud cardiovascular a largo plazo.

Posibles explicaciones: el impacto del estrés y la salud cardiovascular

El divorcio de los padres y su impacto aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular en la adultez
Cómo detectar un derrame cerebral. ( Universidad de Harvard )

Aunque el estudio no establece una causalidad directa, sus autores han propuesto varias hipótesis sobre por qué el divorcio de los padres podría aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular en la adultez.

Uno de los principales factores mencionados es el estrés prolongado durante la infancia. El divorcio suele generar conflictos familiares, cambios de residencia y alteraciones en la rutina del niño. Investigaciones previas han demostrado que la exposición al estrés crónico en la niñez puede tener efectos adversos en la salud, aumentando la inflamación sistémica y alterando la regulación de la presión arterial, lo que a largo plazo eleva el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Otro factor clave es la hipertensión. En 2022, un estudio reveló que las personas cuyos padres se divorciaron antes de los 10 años tenían una mayor incidencia de hipertensión arterial en la mediana edad. Dado que la presión arterial alta es un factor de riesgo bien documentado para el accidente cerebrovascular, esta conexión refuerza la hipótesis de que el divorcio infantil puede contribuir al deterioro de la salud cardiovascular en la adultez.

Además, los trastornos del sueño son más frecuentes en niños de hogares divorciados. La falta de un ambiente estable puede provocar problemas de insomnio o una mala calidad del sueño, condiciones que, si persisten hasta la edad adulta, también están asociadas con un mayor riesgo de ictus.

Diferencias generacionales y la necesidad de más estudios

El divorcio de los padres y su impacto aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular en la adultez

Los investigadores advierten que sus hallazgos pueden estar influenciados por diferencias generacionales. La muestra del estudio incluyó principalmente a personas de la generación Baby Boom y la Generación Silenciosa, quienes crecieron en una época en la que el divorcio era menos común y posiblemente más estigmatizado.

Debido a los cambios en las normas sociales, no está claro si las generaciones más jóvenes, como los millennials o la generación X, experimentarán un impacto similar del divorcio en su salud a largo plazo. Actualmente, el divorcio es más aceptado y las dinámicas familiares han cambiado, por lo que los investigadores enfatizan la necesidad de más estudios para evaluar si esta asociación se mantiene en diferentes cohortes de población.

Otro dato relevante del estudio es que no se encontró una relación significativa entre el ictus y otras adversidades infantiles, como el abuso emocional, la violencia doméstica parental o la enfermedad mental de los progenitores. Esto sugiere que el divorcio, en particular, puede tener un efecto único en la salud cardiovascular, aunque los mecanismos exactos aún no están del todo claros.

El estudio publicado en PLOS ONE resalta que el divorcio en la infancia podría ser un factor de riesgo para el accidente cerebrovascular en la vejez. Aunque no se ha demostrado una relación causal, los hallazgos sugieren que el estrés prolongado en los primeros años de vida puede tener consecuencias en la salud cardiovascular a largo plazo. Se necesitan más investigaciones para comprender mejor estos efectos y determinar si las generaciones más jóvenes enfrentan el mismo riesgo.

Referencia:

  • PLOS One/Parental divorce’s long shadow: Elevated stroke risk among older Americans. Link.


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