Una excursión en lancha rápida es una forma emocionante de explorar los espectaculares acantilados y grutas ocultas del Algarve, con la emblemática cueva de Benagil como punto culminante. Aunque el paseo en lancha rápida es emocionante para los niños, también es una gran oportunidad para que los padres se empapen de la belleza natural de la región y saquen fotos inolvidables.
Para los adultos que necesiten un respiro, el Algarve alberga una impresionante selección de bodegas y viñedos donde relajarse. Lugares como Quinta dos Vales ofrecen catas de vino en un entorno sereno, con impresionantes vistas de viñedos ondulados y esculturas artísticas esparcidas por el terreno. Muchas bodegas ofrecen incluso servicios para familias, como jardines abiertos y zonas de picnic, que permiten a los niños jugar mientras los padres se deleitan con una copa de vino de producción local.
Para pasar un día de aprendizaje divertido, explora la rica historia del Algarve en ciudades como Lagos y Silves. Silves, con su impresionante castillo árabe y sus antiguas murallas, ofrece a los viajeros de todas las edades la oportunidad de imaginar la vida en la época medieval.
Lagos, por su parte, combina un ambiente vibrante con monumentos históricos como las antiguas puertas de la ciudad y el Forte Ponta da Bandeira y el antiguo Faro de Ponta de Sagres.
Para un toque creativo, las familias pueden apuntarse a talleres en Silves para aprender oficios tradicionales portugueses como la alfarería o la pintura de azulejos. Ambos oficios tienen una larga historia, que se remonta al siglo XVI, y están profundamente arraigados en la identidad nacional de Portugal.
El Algarve se recorre mejor si se alquila un coche. Aunque hay opciones de autobús entre las principales ciudades, disponer de tu propio medio de transporte facilitará las vacaciones en familia.
Sin embargo, una vez dentro de una ciudad, es mejor dejar el coche en un solo lugar. Encontrar aparcamiento puede ser difícil, así que es mejor encontrar un sitio y explorar a pie desde allí. Los cochecitos también pueden resultar complicados en las calles adoquinadas (y en las aceras empedradas), así que lleva un portabebés si viajas con niños pequeños.
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