Roma permaneció relativamente primitiva hasta el año 600 a.C., cuando los etruscos, que controlaban una serie de ciudades-estado al norte, empezaron a hacerse con el control de la ciudad.
Aunque los eruditos modernos descartan algunos de los relatos de los antiguos historiadores romanos, están de acuerdo en que durante la primera fase de su historia (desde aproximadamente el 753 al 509 a.C.) Roma estuvo gobernada por reyes. Según estos escritores, Rómulo fue el primero, sucedido por Numa Pompilio, un sabino, y en el 616 a.C. por un etrusco llamado L. Tarquinio Prisco.
Los reyes tenían un poder casi absoluto y ejercían de líderes administrativos, judiciales, militares y religiosos. Un senado actuaba como consejo asesor. El rey elegía a sus miembros, conocidos como patricios, entre las principales familias de la ciudad.
A diferencia de los monarcas posteriores, la realeza romana no era hereditaria. Tras la muerte de un rey, había un periodo conocido como interregno, en el que el Senado elegía a un nuevo gobernante, que era elegido por el pueblo de Roma. El rey electo debía obtener la aprobación de los dioses y el imperium, el poder de mando, antes de asumir su trono.
0 Comments