Los agentes infecciosos que causan la diarrea se transmiten habitualmente por la vía fecal-oral (es decir, a través de la ingesta de agua o alimentos contaminados con materia fecal, o mediante la contaminación directa de las manos u objetos utilizados diariamente), detalla el Ministerio argentino.
Algunos aspectos pueden facilitar la transmisión de las enfermedades que la provocan. Sin ir más lejos, la deposición anormal puede ser un “síntoma de infecciones ocasionadas por muy diversos organismos bacterianos, virales y parásitos, la mayoría de los cuales se transmiten por agua con contaminación fecal”. La infección también puede transmitirse a través de alimentos contaminados, o de persona a persona como resultado de una mala higiene, completa la OMS.
Además, la diarrea guarda una estrecha relación con la malnutrición. Cada episodio empeora el estado nutricional de los niños y, a su vez, la malnutrición los hace más vulnerables a las enfermedades diarreicas.
El agua contaminada con heces humanas procedentes de aguas residuales, fosas sépticas o letrinas, es particularmente peligrosa y una de las vías de propagación de las enfermedades diarreicas, advierte la OMS. También las heces de animales contienen microorganismos capaces de ocasionar diarrea.
Sumado a eso, el almacenamiento y la manipulación del agua para el hogar de forma insegura se relaciona a la adquisición de estas dolencias. El agua de riego también puede contaminar los alimentos. De igual modo, el consumo de pescado y mariscos de aguas contaminadas puede ocasionar enfermedades diarreicas.
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