Grigori Rasputín es una de las figuras más enigmáticas de la historia rusa, envuelto en mitos sobre su influencia, carisma y vida desenfrenada. No se duchaba, olía mal y tenía la barba cubierta de restos de comida, aun así las mujeres se volvían las por él. Su atractivo llegó a tal punto que, entre todos los rumores, uno de los más persistentes es el destino de su órgano reproductor, el cual supuestamente adquirió un estatus casi místico.
Rasputín y su reputación como seductor

Grigori Rasputin nació en 1869, en un pequeño pueblo de Siberia llamado Pokrovskoye. Creció en el núcleo de una familia de campesinos y nunca aprendió a leer ni a escribir. De niño, era sólo otra cara sucia en la nieve, robando para comer y corriendo como un loco. Pero incluso entonces, la gente decía que tenía una chispa extraña. Como si pudiera ver a través de ti.
A los 18 años se involucró con una extraña secta cristiana llamada Khlysty. Según sus creencias, la única forma de acercarse a Dios era a través del pecado y el libertinaje. Esto incluía relaciones sexuales, alcohol y sustancias.
Al tiempo, Rasputín comenzó a llamarse a sí mismo un santo o “staretz”. Deambulaba descalzo, predicando a cualquiera que lo escuchara. Muchas personas rápidamente pensaron que había enloquecido, pero por alguna extraña razón, las mujeres lo veían atractivo. Una “supuesta energía misteriosa” las atraía.
A los 19 años se casó con una chica de su pueblo llamada Proskovya, con la que tuvo cuatro hijos. Ella lo apoyaba, tanto en su prédica como sus aventuras con otras mujeres. Incluso lo apoyó cuando se fue para seguir su “misión” en el mundo.
Visitó Jerusalén, Grecia, y en cada lugar que estaba, los rumores del “monje loco” se esparcían, también los de su popularidad con las mujeres. Así que cuando llegó a San Petersburgo, ya era conocido.
Numerosas damas de la alta sociedad rusa, incluyendo a las más poderosas, buscaban su compañía. Su fama como seductor llegó al punto de que se rumoraba que mantenía una relación íntima con la zarina Alejandra. Sin embargo, los historiadores modernos han descartado esta teoría como un simple chisme.
El escándalo de su relación con la familia imperial y su creciente influencia política lo convirtieron en un enemigo de la nobleza. Su fama como místico, sanador y amante fue una de las razones por las que un grupo de conspiradores decidió asesinarlo en 1916, acabando con su enigmática vida.
Las leyendas sobre la amputación de su pene

La muerte de Rasputín estuvo envuelta en misterio, pero uno de los rumores más extraños surgió poco después: que su pene había sido amputado y venerado como una reliquia sagrada. Algunos dicen que sus seguidores lo conservaron por sus supuestos poderes místicos y su capacidad de otorgar fertilidad.
Otra versión cuenta que un grupo de inmigrantes rusos en Francia lo resguardó, realizando rituales en su honor. Se cree que la hija de Rasputín, María, al enterarse de esto, logró recuperar el órgano y denunció a los involucrados. Sin embargo, no hay pruebas concretas de esta historia.
En 1994, un coleccionista estadounidense compró lo que creyó que era el pene de Rasputín. Más tarde se descubrió que era un simple pepino de mar seco. Este hecho demuestra cómo el mito ha generado múltiples intentos de fraude y especulación a lo largo de los años.
El supuesto hallazgo en el Museo de Erótica Rusa

En 2004, un museo en San Petersburgo aseguró poseer el pene de Rasputín y lo exhibió al público. Se afirmaba que el órgano medía 30 centímetros y que su propietario había pagado 8.000 dólares por él, una cantidad considerable para una pieza de dudosa autenticidad.
El museo atrajo a miles de visitantes que querían ver con sus propios ojos el famoso órgano del «Monje Loco». Sin embargo, los expertos analizaron la pieza y determinaron que lo más probable es que no pertenecía a un humano y que quizás fuera un pene de vaca o de caballo.
A pesar de estas conclusiones, la historia sigue capturando la imaginación de muchas personas. Aunque la ciencia haya desmentido la autenticidad de la reliquia, el mito de Rasputín persiste, alimentado por el misterio que rodea su vida y su trágico final.
La historia de Rasputín se ha convertido en una leyenda más dentro del misterio que implicó él como persona. A pesar de las afirmaciones sobre el hallazgo de su órgano reproductor, la evidencia sugiere que nunca fue amputado. Sin embargo, la fascinación por su historia sigue viva, inmortalizando su figura en la cultura popular.
Referencia:
- Smithsonian Magazine/What Really Happened During the Murder of Rasputin, Russia’s ‘Mad Monk’?. Link
- Town&Country/Did Tsarina Alexandra Feodorovna, the Last Empress of Russia, Really Have an Affair With Rasputin?. Link.
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