Prepararse para un examen puede ser abrumador. A veces parece imposible retener toda la información necesaria. Sin embargo, crear las condiciones adecuadas puede hacer que tu estudio sea mucho más eficiente. La ciencia ha demostrado que combinar la novedad con la familiaridad puede ayudar significativamente a absorber y retener conocimientos. Sigue leyendo y aplica esta técnica.

Técnica de estudio: la novedad
Nuestro cerebro responde de forma muy especial a lo desconocido. Diversos estudios como Effects of exploring a novel environment on memory across the lifespan y Exploring a novel environment improves motivation and promotes recall of words muestran que experimentar algo nuevo puede “activar” nuestra mente y mejorar nuestra capacidad para aprender. Incluso una acción tan simple como caminar por un lugar nuevo o mirar arte por primera vez puede marcar la diferencia antes de comenzar a estudiar.
En un experimento realizado en laboratorio, los participantes exploraron entornos virtuales, algunos familiares y otros completamente nuevos. Después de cada exploración, se les pidió memorizar palabras. Aquellos que acababan de explorar un entorno novedoso recordaron más palabras que quienes se encontraban en un entorno ya conocido. ¿La explicación? La novedad parece preparar al cerebro para recibir nueva información, posiblemente activando mecanismos de alerta o atención más intensos.
Este efecto puede aprovecharse fácilmente en la vida cotidiana. Salir de la rutina justo antes de estudiar —por ejemplo, cambiando de camino hacia la biblioteca o explorando un museo virtual— podría ser una forma sencilla y efectiva de aprovechar mejor el tiempo de estudio.
Por qué la familiaridad es clave para recordar
Si bien lo nuevo despierta al cerebro, lo familiar permite organizar lo aprendido. Nuestro cerebro almacena la información en «esquemas de memoria», agrupando conceptos relacionados en categorías. Esto facilita la recuperación de información cuando necesitamos recordarla, como al responder una pregunta en un examen.

Aprender algo completamente nuevo sin referencias previas es difícil. Por ejemplo, muchos estudiantes leen páginas enteras y no recuerdan nada. Una razón común es que esa información no tiene un lugar claro donde “encajar” en su memoria. En cambio, si podemos conectar el nuevo conocimiento con algo que ya sabemos, se integra de forma más fluida.
Imagina probar un kiwi amarillo por primera vez. Tu experiencia con los kiwis verdes ayuda a que lo reconozcas y entiendas rápidamente sus características, aunque sea una variedad distinta. Lo mismo ocurre al estudiar: si el tema te resulta al menos un poco familiar, será más fácil incorporarlo y recordarlo. Por eso, es importante construir una base de conocimientos que sirva como punto de anclaje para lo nuevo.
Cómo hacer conexiones para fijar el conocimiento
Una de las mayores dificultades al estudiar es enfrentar conceptos abstractos. En estos casos, las asociaciones visuales o lógicas pueden ayudarte a construir esquemas de memoria más sólidos. Un ejemplo exitoso proviene de un curso de psicología biológica, donde los estudiantes debían aprender sobre el intercambio de iones en las neuronas.
Este proceso, inicialmente complejo, fue simplificado con una ayuda visual muy básica: una imagen de un plátano con un salero encima. La mayoría de los estudiantes sabe que el plátano es rico en potasio y que la sal contiene cloruro de sodio. Esta imagen representaba a la neurona en reposo: potasio adentro, sodio afuera. Al activarse la neurona, los iones cambian de lugar.

Después de introducir esta imagen, el número de estudiantes que respondió correctamente aumentó notablemente. La pregunta fue considerada “demasiado fácil” por los sistemas de evaluación. Este ejemplo demuestra cómo vincular información abstracta con elementos conocidos puede transformar la forma en que aprendemos.
Establecer conexiones simples —como una imagen, una historia o una analogía— puede ser la clave para recordar datos difíciles. Aprovecha lo que ya sabes y ponlo al servicio de lo nuevo.
Estudiar no se trata solo de leer más, sino de aprender mejor. Al combinar la novedad, que despierta y prepara el cerebro, con la familiaridad, que organiza y consolida la información, puedes transformar tu manera de estudiar. Añadir imágenes o vínculos creativos con lo que ya conoces hará que incluso los conceptos más abstractos se vuelvan memorables. Y si además das un paseo por un lugar nuevo antes de abrir los apuntes, será aún más beneficioso.
Referencias:
- Effects of exploring a novel environment on memory across the lifespan. Link.
- Exploring a novel environment improves motivation and promotes recall of words. Link.
- How schema and novelty augment memory formation. Link.
- To update or to create? The influence of novelty and prior knowledge on memory networks. Link.
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