Y en el atolón de Tikehau, el apneísta profesional Denis Grosmaire, de Tikehau Ocean Tour, que lleva muchos años buceando con los tiburones tigre de la laguna, está embarcado en un proyecto con el Centro de Investigación Insular y Observatorio del Medio Ambiente de Moorea para recoger muestras de piel de los animales para realizar pruebas genéticas.
“Ahora que conozco muy bien a estos tiburones, los veo crecer, los veo preñados y ya no preñados”, dice Grosmaire. Su trabajo ayudará a determinar las relaciones entre los tiburones que parecen residentes en Tikehau y los de las islas circundantes, lo que permitirá a los científicos conocer el grado de transitoriedad de la especie.
Para los habitantes de la Polinesia Francesa, los tiburones son tāura (animales tótem y guardianes) tanto de grupos familiares como de islas enteras, asegura Matahi Tutavae, cineasta y narrador tahitiano y fundador de Faafaite-Tahiti Voyaging Society.
“Son navegantes, pero también guardianes de lugares”, sostiene.
Tutavae recuerda un viaje en velero, en medio de una flota de canoas polinesias tradicionales que se acercaban a Fakarava desde Tahití. El grupo se detuvo tras tres días de navegación para realizar un ritual que una mujer local les había aconsejado llevar a cabo entre las dos islas.
“Cuando vas a algún lugar de Oceanía, siempre se trata de pedir permiso y dejar claras tus intenciones, tanto a la gente que vive allí como a los antepasados”, cuenta Tutavae. “Ella nos enseñó una oración, como una llave para abrir una puerta”.
Dice que su grupo empezó una ceremonia en medio del océano para pedir permiso para acercarse a la laguna de Fakarava. Media hora después, dijo, un tiburón punta blanca oceánico juvenil, el animal tótem de Fakarava, se acercó y tocó el casco de la canoa.
“Para nosotros fue una buena señal”, recuerda Tutavae. “Los tiburones nunca fueron una amenaza para nosotros, hasta hace muy poco, cuando la gente empezó a alimentarlos y a cambiar sus hábitos”.
Los viajeros que visiten este remoto rincón del mundo deben acercarse a los tiburones con reverencia y respeto, subraya. Evita los operadores turísticos que alimentan a los tiburones, infórmate sobre los animales y entra en el océano con la mente abierta.
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