la estrategia natural que siguió a Fukushima y Chernóbil


Girasoles fueron plantados como parte de una estrategia sorprendente adoptada por los científicos para enfrentar la crisis provocada por el devastador terremoto y tsunami que sacudieron Japón el 11 de marzo de 2011, y que causaron una serie de explosiones en la planta nuclear de Fukushima Daiichi, liberando radiación en el entorno.

girasoles - girasoles

Girasoles y su papel en la limpieza nuclear: la ciencia detrás de la esperanza

Los girasoles no fueron elegidos únicamente por su belleza. Estas plantas poseen cualidades científicas que las convierten en una herramienta viable dentro del campo de la fitorremediación, una técnica que utiliza vegetales para extraer contaminantes del medio ambiente. En este contexto, los girasoles se han mostrado especialmente eficaces para absorber ciertos isótopos radiactivos del suelo y del agua, como el cesio-137 y el estroncio-90, gracias a su capacidad para confundir estos elementos con nutrientes esenciales como el potasio y el calcio.

La rapidez con la que crecen, su adaptabilidad a distintos terrenos y el hecho de que almacenan la mayor parte de su biomasa en tallos y hojas —evitando que la radiación se concentre en las raíces— hacen de los girasoles candidatos ideales para descontaminar superficies afectadas por la radiación. Esta técnica fue aplicada con relativo éxito en Chernóbil tras el accidente de 1986, y su efectividad quedó documentada por científicos como Michael Blaylock, quien lideró investigaciones sobre este tipo de soluciones naturales.

girasoles - girasoles

Fukushima: una esperanza frustrada pero simbólicamente poderosa

A pesar del respaldo científico, los resultados obtenidos en Fukushima fueron menos prometedores. Aunque se plantaron millones de girasoles en la región, los estudios realizados no lograron identificar mejoras significativas en la reducción de niveles radiactivos del suelo. Las razones son múltiples: desde la diferencia en los tipos de suelo hasta el momento en que se implementó la fitorremediación, ya que en Fukushima se actuó mucho antes de que los isótopos se fijaran completamente al terreno, a diferencia de Chernóbil.

Además, las características geológicas de Fukushima, como la presencia de suelos con altos niveles de mica o ciertas arcillas, dificultaron la absorción de cesio por parte de las plantas. Sin embargo, el experimento no ofreció resultados medibles en cuanto a descontaminación, su impacto fue significativo desde el punto de vista social y psicológico.

El simple acto de sembrar y cuidar girasoles proporcionó a los residentes de las zonas afectadas un propósito y un símbolo de esperanza. La imagen de los campos llenos de flores brillantes contrastaba con el escenario de destrucción, ayudando a reconstruir no solo el entorno, sino también el ánimo de las comunidades devastadas por el desastre.

Referencia:

  • Root Uptake and Distribution of Radionuclides 134Cs and 60Co in Sunflower Plants (Helianthus annuus. L). Link.


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