Jeanne Calment es reconocida oficialmente como la persona que más años ha vivido en la historia, alcanzando los 122 años y 164 días. Sin embargo, su sorprendente estilo de vida —rico en chocolate, cigarrillos y vino tinto— y ciertas inconsistencias biográficas han generado dudas sobre la veracidad de su longevidad.

La vida poco convencional de Jeanne Calment
Jeanne Calment no solo rompió récords de longevidad; también desafiaba todas las recomendaciones médicas sobre cómo vivir muchos años. Fumadora, amante del vino de Oporto y del chocolate, evitaba el desayuno y comía con frecuencia carne roja. Aun así, vivió más de un siglo, lo que la convirtió en un fenómeno mundial.
Nacida en 1875 en Francia, Calment provenía de una familia acomodada que le permitió acceder a educación formal y clases privadas en arte, danza y cocina, algo inusual para una mujer de su época. Se casó a los 20 años y, según el gerontólogo Jean-Marie Robine, “nunca trabajó”. Siempre contó con ayuda en casa, no cocinaba ni hacía las compras, lo que le dio tiempo para disfrutar de una vida activa y social.
A los 111 años fue reconocida como la persona viva más longeva de Francia. Un año después, ostentó el título a escala mundial. Incluso a los 114 apareció brevemente en la película Vincent and Me de 1990, y a los 121 lanzó un álbum de rap titulado acertadamente Mistress of Time (La Señora del Tiempo). Murió en 1997, con 122 años, casi ciega, pero sorprendentemente lúcida y saludable.

Cómo logró mantenerse saludable hasta los 122 años
Durante sus años en una residencia de ancianos, Jeanne Calment participó en diversos estudios sobre supercentenarios. Los médicos observaron que conservaba agilidad física, claridad mental y un estado de salud notablemente bueno, incluso en comparación con personas mucho más jóvenes.
Tenía una rutina diaria rigurosa: se levantaba temprano, rezaba y hacía ejercicios desde su sillón, trabajando brazos, piernas y dedos con audífonos puestos. Luego se bañaba por su cuenta y se aplicaba aceite de oliva por todo el cuerpo, el cual también usaba en su alimentación. “Toda mi vida me he puesto aceite de oliva en la piel”, declaró en una ocasión.
Su dieta incluía platos contundentes como estofado de res o pato. Fumaba diariamente, bebía vino de Oporto y, hasta los 119 años, comía cerca de un kilo de chocolate por semana. Solo dejó de fumar a los 117 años.
Afirmaba haber vivido con conciencia tranquila, sin remordimientos, y se consideraba afortunada. Para algunos, su caso representaba una excepción biológica; para otros, una historia demasiado buena para ser cierta.

¿Una identidad prestada? La teoría conspirativa que pone en duda su longevidad
En 2019, el investigador Nikolay Zak y su equipo del Moscow Center for Continuous Mathematical Education propusieron una teoría audaz según la cual Jeanne Calment no era quien decía ser. Según su investigación, Calment habría muerto en 1934 a los 59 años, y su hija, Yvonne, habría asumido su identidad, falleciendo en 1997 a los 99 años.
La teoría se basa en varios indicios, muchos de ellos circunstanciales. Fotografías comparativas mostraban el gran parecido entre madre e hija. Además, Yvonne supuestamente murió de neumonía en 1934, dejando a su esposo e hijo. Poco después, “Jeanne” se mudó con ellos. Se ha señalado que su yerno nunca volvió a casarse.
También se señaló que Jeanne hablaba de una sirvienta que la llevaba a la escuela, aunque esta era diez años menor, lo que haría más lógico que acompañara a Yvonne. Entre otros elementos sospechosos se encuentra la firma del certificado de defunción de Yvonne por una mujer “sin profesión” y la destrucción de documentos familiares.
Jean-Marie Robine, sin embargo, descartó la teoría calificándola de “muy endeble”. Argumentó que mantener una mentira de tal magnitud habría requerido la complicidad de muchas personas cercanas a Calment. Aun así, Zak sostuvo que la confusión y el caos de la Segunda Guerra Mundial habrían facilitado la consolidación de la nueva identidad.
La historia de Jeanne Calment es fascinante y, para muchos, inspiradora. Su longevidad parece desafiar la lógica médica y nutricional convencional, lo que la convierte en un símbolo de excepción. Sin embargo, las dudas planteadas por investigaciones recientes arrojan una sombra sobre su récord. Aunque no existe aún una confirmación definitiva que invalide su historia, el debate sobre si Jeanne Calment fue realmente la mujer más longeva de la historia continúa abierto.
Referencia:
The Real Story Of Jeanne Calment, The French Woman Controversially Recognized As The Oldest Person To Ever Live. Link.
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