Durante siglos, los pueblos aborígenes de Australia contaron historias sobre aves que provocaban incendios. Hoy, la ciencia lo confirma: al menos tres especies de rapaces australianas transportan ramas humeantes a zonas no quemadas para cazar más eficazmente. Este comportamiento, tan sorprendente como real, reconfigura lo que creíamos saber sobre el uso del fuego en el reino animal. El estudio se encuentra publicado en la revista Ethnobiology.

Fuego como herramienta: del mito ancestral a la realidad científica
La relación entre fuego y humanidad siempre ha sido estrecha. El dominio del fuego figura entre los relatos evolutivos fundamentales de nuestra especie. Sin embargo, un nuevo estudio sugiere que no somos los únicos seres vivos capaces de usarlo con intención. En las sabanas tropicales del norte australiano, donde el fuego es parte del equilibrio ecológico desde hace al menos 65 000 años, tres especies de aves rapaces parecen haber aprendido a usarlo como herramienta de caza.
Los pueblos aborígenes, conocedores íntimos del territorio, han transmitido relatos sobre aves conocidas como “firehawks”, capaces de propagar el fuego deliberadamente. Estos relatos, considerados hasta hace poco mitología, coinciden sorprendentemente con lo observado por investigadores como Robert Gosford y Mark Bonta. El estudio, publicado en el Journal of Ethnobiology, documenta cómo estas aves —el milano negro, el milano silbador y el halcón pardo— transportan ramas encendidas en el pico o en las garras, provocando nuevos focos de fuego para obligar a sus presas a huir.
Este comportamiento, aunque poco frecuente, ha sido observado por ganaderos, bomberos y científicos de campo. No se trata de una conducta accidental: los investigadores defienden que es intencional, planificada y con fines alimenticios, lo que la convierte en un fenómeno tan fascinante como poco explorado.

Implicaciones ecológicas, culturales y científicas
El descubrimiento va más allá del asombro: tiene implicaciones profundas para la ecología, la conservación y la gestión del territorio. En una región donde los incendios son parte natural del paisaje, las prácticas ancestrales de los pueblos aborígenes han demostrado su eficacia al mantener el equilibrio mediante quemas controladas. Saber que las aves también participan activamente en este sistema añade una capa de complejidad inesperada.
Por otra parte, las consecuencias para el manejo de incendios son significativas. Algunos administradores de tierras han reportado casos en los que, tras controlar un incendio, las llamas reaparecieron horas después, presumiblemente reavivadas por estas rapaces. Como dijo un bombero entrevistado, la conducta de estas aves puede ser “una verdadera molestia en el trasero”, sobre todo cuando impide contener un fuego o lo extiende más allá del control humano.
Desde la perspectiva científica, el estudio promueve una revalorización del conocimiento indígena, demostrando que la observación acumulada durante generaciones puede ser tan valiosa como cualquier instrumento moderno. Además, impulsa una nueva línea de investigación centrada en cómo diseñar métodos de observación efectivos en el frente de fuego: cámaras, quemas controladas y etnografía serán herramientas esenciales.
Referencia:
- Intentional Fire-Spreading by “Firehawk” Raptors in Northern Australia. Link.
Relacionado
Descubre más desde Cerebro Digital
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
0 Comments