por qué a veces nos atrae quien no nos corresponde


A todos nos ha pasado, nos sentimos inexplicablemente atraídos por alguien que muestra desinterés en nosotros. Este fenómeno, lejos de ser una simple frustración amorosa, tiene bases psicológicas sorprendentes. Diversas teorías del comportamiento humano explican por qué, en ocasiones, el rechazo o la indiferencia pueden encender más nuestro interés que la reciprocidad.

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Reactancia psicológica: cuando el «no» despierta deseo

La reactancia psicológica es una teoría desarrollada por el psicólogo Jack Brehm en 1966. Esta se refiere a una reacción emocional cuando una persona percibe que su libertad para elegir está siendo limitada o amenazada. En términos de atracción, si alguien se muestra distante o desinteresado, eso puede interpretarse inconscientemente como una restricción. El resultado es que nuestro deseo se intensifica. Nos sentimos impulsados por recuperar ese «poder de elección» y conseguir lo que parece inalcanzable.

Este efecto se conoce popularmente como el «efecto Romeo y Julieta» y se ha observado en estudios como el llevado a cabo por Richard Driscoll, Keith Davis y Milton Lipetz en 1972 y publicado en el Journal of Personality and Social Psychology, analizó a 140 parejas (casadas y no casadas) durante un período de 6 a 10 meses. Los investigadores encontraron que la interferencia parental percibida se correlacionaba con un aumento en los sentimientos de amor romántico entre los miembros de la pareja. 

En contextos cotidianos, si alguien muestra desinterés en nosotros o parece inaccesible, nuestro cerebro puede interpretarlo como un desafío, despertando un interés mayor del que tendríamos si esa persona se mostrara disponible desde el inicio.

Principio de escasez: lo raro se vuelve valioso

El principio de escasez, ampliamente utilizado en marketing, también aplica en las relaciones humanas. Este principio sostiene que valoramos más aquello que es difícil de obtener o poco frecuente. Si alguien muestra desinterés o es emocionalmente inaccesible, puede percibirse como una «recompensa rara», lo que activa una respuesta emocional que incrementa su valor ante nuestros ojos.

Estudios psicológicos, como el dirigido por Paul W. Eastwick y Eli J. Finkel de la Universidad de Northwestern, investigaron cómo la selectividad influye en la atracción romántica. Demostraron que las personas que tienden a mostrar más interés romántico por muchas personas eran menos propensos a recibir reciprocidad. En cambio, aquellos que expresaban un interés específico y selectivo eran más atractivos para sus potenciales parejas. 

Esta percepción de escasez despierta una especie de «urgencia emocional»: sentimos que si no actuamos rápido podríamos perder algo valioso. Esto puede llevarnos a perseguir con más insistencia a quien nos ignora, mientras que, paradójicamente, restamos valor a quienes se muestran accesibles o interesados desde el principio.

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Este principio está tan arraigado que incluso puede distorsionar nuestra percepción, podríamos convencernos de que alguien es más atractivo o interesante simplemente porque es menos accesible, cuando en realidad es la escasez la que lo hace parecer valioso.

La necesidad de validación: buscando confirmar nuestro valor

Otro factor fundamental que explica la atracción por el desinterés es la necesidad de validación externa. Muchas personas experimentan un deseo profundo de sentirse aceptadas y valoradas por los demás. Cuando alguien nos ignora o no corresponde nuestro interés, esto puede activar una necesidad psicológica de «demostrar nuestro valor» ante esa persona.

Este mecanismo es especialmente fuerte en personas con baja autoestima o con historias de rechazo emocional. La indiferencia del otro se convierte en un reto personal: si logramos que finalmente nos preste atención, sentimos que hemos ganado algo importante. Esta «victoria emocional» puede generar una gratificación mayor que una relación donde la atracción es mutua desde el principio.

Sin embargo, este tipo de atracción también puede ser una trampa emocional. Buscar constantemente validación en quienes no están interesados puede llevar a patrones de relación tóxicos o desequilibrados. Identificar este impulso es clave para establecer relaciones más sanas y basadas en el respeto mutuo.

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La atracción por el desinterés no es un capricho irracional, sino una respuesta compleja basada en mecanismos psicológicos como la reactancia, la escasez y la necesidad de validación. Entender estas dinámicas nos permite tomar decisiones más conscientes en nuestras relaciones y reconocer cuándo un interés aparente es en realidad una respuesta a la indiferencia, y no a una conexión genuina.

Referencias:

  • Parental interference and romantic love: The Romeo and Juliet effect. Link.
  • Speed Dating Study: Selectivity Is Ultimate Aphrodisiac. Link.


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