La inteligencia artificial podría acercarnos a la naturaleza de formas antes impensables. El Earth Species Project, un laboratorio sin fines de lucro en Berkeley, California, sostiene que mediante herramientas avanzadas de IA es posible comenzar a descifrar la comunicación entre especies. Más que avances científicos, su trabajo apunta a restaurar el vínculo entre los humanos y el planeta.
Tecnología y pinzones: el experimento en McGill

En la Universidad McGill, un grupo de pinzones cebra hembra charla sin cesar dentro de una cámara insonorizada. Sus agudos chirridos, captados por micrófonos estratégicamente ubicados, son procesados por una computadora que responde con vocalizaciones propias. Este diálogo artificial permite a los investigadores identificar patrones y estructuras en las llamadas, elementos fundamentales para construir un modelo de lenguaje animal.
Estas grabaciones alimentan el sistema desarrollado por el Earth Species Project (ESP), cuyo objetivo no es crear un traductor literal, sino construir “diccionarios rudimentarios” que nos ayuden a interpretar otras formas de comunicación animal. Esto podría transformar la forma en que diseñamos estrategias de conservación y cómo nos relacionamos con el entorno natural.
Según Jane Lawton, directora de impacto de ESP, comprender el lenguaje de otras especies puede ser clave para reconectarnos con ecosistemas ignorados. Entender la complejidad e inteligencia del mundo animal podría ayudarnos a reparar una relación deteriorada con la naturaleza.
Especies en riesgo y una IA con propósito
La tecnología desarrollada por ESP podría ser especialmente valiosa para la protección de especies amenazadas. En colaboración con científicos locales, estudian las vocalizaciones del cuervo hawaiano y de las belugas del río San Lorenzo. En ambos casos, identificar patrones comunicativos podría marcar la diferencia para su conservación.
Los cuervos hawaianos, reintroducidos en la naturaleza tras décadas de extinción, podrían haber perdido parte de su repertorio en cautiverio. Algunas “palabras” podrían ser esenciales para su supervivencia. En Canadá, los investigadores analizan si ciertas llamadas de beluga anticipan su salida a la superficie, lo que permitiría prevenir colisiones con embarcaciones.

Gracias a una reciente subvención de 17 millones de dólares, ESP planea duplicar su equipo y concentrarse en especies cuyo entendimiento pueda tener un impacto real en la forma en que nos relacionamos con el mundo natural. Este enfoque busca pasar de una conservación basada en la observación a una basada en la comunicación y la empatía.
Financiación, límites y retos éticos
El desarrollo de estas tecnologías requiere recursos considerables. Donantes influyentes como Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn, Laurene Powell Jobs, de la Waverley Street Foundation, y la fundación familiar del fallecido cofundador de Microsoft, Paul G. Allen, han sido clave para el crecimiento del ESP. No obstante, expertos como Gail Patricelli, profesora de comportamiento animal de la Universidad de California, advierten sobre la dependencia excesiva del financiamiento privado y llaman a un mayor apoyo estatal, especialmente para estudiar especies menos visibles o carismáticas.
Patricelli también subraya un peligro inherente: humanizar en exceso a los animales. Aunque la IA ha acelerado el análisis de grabaciones, no traduce palabras, sino que detecta patrones que debemos interpretar con rigor científico. El entusiasmo por estas tecnologías debe ir acompañado de cautela y responsabilidad para no exagerar sus alcances ni descuidar investigaciones igual de cruciales pero menos atractivas mediáticamente.
NatureLM-audio: un modelo para todas las especies

En su búsqueda por herramientas aplicables a múltiples especies, ESP ha desarrollado NatureLM-audio, el primer modelo de lenguaje de audio a gran escala adaptado a animales. Este sistema puede identificar especies y distinguir características como el sexo o la etapa de vida. Al aplicarse a un grupo de pinzones cebra que no fueron incluidos en su entrenamiento, logró contar con precisión el número de aves, superando el azar.
Este resultado sugiere que NatureLM tiene potencial para aplicarse a distintas especies. Según Olivier Pietquin, director de investigación en IA del proyecto, esto es posible gracias a la combinación de grandes volúmenes de datos, potentes capacidades de cómputo y colaboración constante con ecólogos y biólogos.
El enfoque del ESP es intencionadamente «especie-agnóstico»: no se enfocan en un solo animal, sino que desarrollan tecnología versátil para analizar patrones de comunicación en todo tipo de criaturas, desde ballenas hasta aves. La meta es que la IA se convierta en una herramienta tan reveladora para la vida animal como lo fue el microscopio para la microbiología.
El trabajo del Earth Species Project muestra que la inteligencia artificial puede ser una herramienta no solo para la ciencia, sino también para cultivar empatía y reconexión con el entorno natural. Aunque aún no podemos “hablar” con otras especies, los avances actuales nos acercan a entenderlas con mayor profundidad.
Este enfoque propone un cambio de paradigma: pasar del dominio humano sobre la naturaleza a una convivencia basada en el entendimiento. La IA, lejos de distanciarnos de lo natural, podría ser el puente necesario para comenzar a escucharlo de verdad.
Referencia:
- Earth Species Project. Link.
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