Un equipo de investigadores filipinos de la Universidad Ateneo de Manila y el Campus Mall of Asia de la Universidad Nacional ha identificado una nueva utilidad para la ceniza volcánica del Taal: actuar como barrera contra la radiación ionizante. Esta propuesta no solo plantea una solución sostenible al manejo de residuos volcánicos, sino que además podría transformar la forma en que se protegen las instalaciones médicas e industriales expuestas a la radiación.
La ceniza volcánica como material de protección contra la radiación

La erupción del volcán Taal en 2020 dejó a su paso toneladas de ceniza volcánica esparcidas por Luzón, generando una crisis de manejo de escombros y daños generalizados en el entorno. Lo que en ese momento parecía un desastre natural sin paliativos, hoy se perfila como una oportunidad tecnológica inesperada. Un grupo de científicos de la Universidad Ateneo de Manila y el Campus Mall of Asia de la Universidad Nacional ha logrado demostrar que la ceniza volcánica del Taal (TVA) puede ser reutilizada como material eficaz para el blindaje contra la radiación ionizante.
Encabezados por Floyd Rey P. Plando, Myris V. Supnad y Joel T. Maquiling, los investigadores sometieron la ceniza a pruebas rigurosas y descubrieron que, al combinarse con otros elementos en un mortero geopolímero, el material adquiría propiedades que le permiten bloquear eficazmente la radiación. El secreto está en su composición mineralógica: rica en hierro, un elemento con gran capacidad para interactuar con partículas ionizantes debido a su alta densidad y abundancia de electrones.
Según explicó Plando:
“El hierro tiene mayor poder de interacción porque contiene más electrones. Además, es un metal denso debido a su estructura pesada y compacta”.
Estas características permiten que el material frene la penetración de peligrosos rayos X y gamma, lo que lo convierte en un candidato ideal para la protección radiológica en contextos médicos, industriales y de investigación científica.
Una alternativa sostenible a los materiales convencionales

Los escudos de protección radiológica actuales, como el plomo y el hormigón, son efectivos pero presentan serias limitaciones: son pesados, costosos y su producción tiene un considerable impacto ambiental. Frente a esto, el TVA se presenta como una opción más ecológica, accesible y abundante, especialmente en un país como Filipinas, situado en el Anillo de Fuego del Pacífico, donde las erupciones volcánicas son frecuentes y dejan tras de sí grandes volúmenes de material potencialmente reutilizable.
El equipo de investigación también señala otro factor clave para el rendimiento del TVA: la entropía estructural. Según Maquiling:
“La combinación óptima de ceniza volcánica y agregados da como resultado una atenuación efectiva de los fotones debido al desorden resultante en las microestructuras de la materia granular”.
Este desorden microscópico actúa como una trampa para la radiación, dispersándola y reduciendo su penetración.
Aunque el descubrimiento aún se encuentra en una etapa experimental, los resultados ya apuntan hacia nuevas posibilidades de innovación en el diseño de escudos radiológicos, sobre todo en entornos donde los recursos son limitados o se busca minimizar el impacto ambiental. Próximos estudios se enfocarán en optimizar la resistencia y durabilidad del material, con la mirada puesta en su aplicación real en hospitales, plantas industriales y laboratorios.
Referencia:
- Ateneo/Assessment of Compressive Strength, Microstructure, Thermal, and Radiation Shielding Properties of Taal Volcanic Ash-Based Geopolymer Mortar. Link
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