Durante mucho tiempo, los científicos creyeron que la Luna era un cuerpo celeste geológicamente muerto, con una actividad tectónica detenida hace miles de millones de años. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en The Planetary Science Journal el pasado 21 de enero de 2025 ha puesto en duda esta creencia. Investigadores del Instituto Smithsoniano y la Universidad de Maryland han descubierto que pequeñas crestas en el lado oculto de la Luna son sorprendentemente jóvenes, lo que sugiere que la actividad tectónica lunar podría estar ocurriendo aún hoy.
Evidencias de una Luna más activa de lo esperado

Los mares lunares, esas vastas llanuras de basalto oscuro visibles desde la Tierra, son evidencia de un pasado volcánico. Hasta ahora, se pensaba que estas regiones se habían formado y comprimido hace miles de millones de años, permaneciendo inactivas desde entonces. Sin embargo, el nuevo estudio ha revelado 266 pequeñas crestas en el lado oculto de la Luna, lo que indica que la superficie del satélite ha seguido deformándose en tiempos relativamente recientes.
Utilizando técnicas avanzadas de mapeo y modelado, los investigadores identificaron que estas formaciones tectónicas han estado activas en los últimos mil millones de años y que algunas incluso podrían haberse formado en los últimos 200 millones de años. En términos geológicos, esto es extremadamente reciente y desafía la noción de que el satélite se ha mantenido inactiva desde sus primeros milenios de existencia.
Cómo se determinó la actividad geológica reciente

Para estimar la edad de las crestas, los científicos utilizaron una técnica llamada recuento de cráteres. Esta metodología se basa en la cantidad de cráteres de impacto en una superficie: a mayor número de cráteres, mayor antigüedad. Cuando los investigadores observaron que algunas de estas crestas atravesaban cráteres existentes, concluyeron que la actividad tectónica había continuado en los últimos 160 millones de años.
Otro hallazgo relevante fue la similitud estructural entre las crestas del lado oculto y las del lado visible de la Luna, lo que sugiere que ambas podrían haber sido formadas por los mismos procesos geológicos. Los expertos plantean que estos procesos podrían estar relacionados con la contracción gradual de la Luna y las variaciones en su órbita.
Posibles implicaciones para futuras misiones lunares
El estudio no solo tiene implicaciones científicas, sino también prácticas para la exploración. Las misiones Apolo registraron actividad sísmica en la Luna hace décadas, y los nuevos hallazgos sugieren que las pequeñas crestas descubiertas podrían estar vinculadas a eventos sísmicos recientes. Esto significa que cualquier misión futura deberá considerar la posibilidad de terremotos lunares que podrían afectar la infraestructura y los asentamientos humanos.
La investigadora Jaclyn Clark enfatizó la importancia de utilizar herramientas como el radar de penetración terrestre en futuras misiones para comprender mejor la estructura interna del satélite. Saber que nuestro satélite sigue siendo dinámico podría cambiar la forma en que planificamos la exploración y colonización lunar en las próximas décadas.
Lejos de ser un mundo muerto, la Luna parece seguir activa, con formaciones geológicas relativamente recientes y la posibilidad de actividad tectónica en la actualidad. Este descubrimiento no solo desafía nuestras ideas previas sobre la evolución lunar, sino que también tiene un impacto directo en la planificación de futuras misiones tripuladas.
Referencia:
- The Planetary Science Journal/Recent Tectonic Deformation of the Lunar Farside Mare and South Pole–Aitken Basin. Link.
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