Por primera vez desde 2021, un extraño tiburón, conocido como tiburón ángel, una de las especies más raras del mundo, fue captado por una cámara submarina en la bahía de Cardigan, Gales. El hallazgo, tan inesperado como esperanzador, subraya la urgencia de proteger los hábitats marinos de prácticas destructivas como la pesca de arrastre.
Una especie de tiburón al borde de la desaparición
El tiburón ángel (Squatina squatina), también conocido como angelote, fue alguna vez una presencia habitual en las costas de Europa y el norte de África. En el siglo XX, avistarlo en el Reino Unido no era raro. Sin embargo, hoy la situación es completamente distinta. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), esta especie está clasificada como “En Peligro Crítico”, lo que significa que se encuentra a un paso de la extinción en estado silvestre.
Este dramático declive tiene múltiples causas, pero destaca especialmente el impacto de la pesca de arrastre de fondo. Estos tiburones viven y cazan en el lecho marino, justo donde operan estas redes gigantes que arrasan con todo a su paso. Además, su baja tasa de reproducción agrava aún más su vulnerabilidad: el tiempo que tardan en recuperarse de cualquier pérdida poblacional es significativamente largo.
La última aparición documentada de un angelote en la bahía de Cardigan había sido en 2021. Por eso, el reciente avistamiento sorprendió a los investigadores del Wildlife Trust of South & West Wales, cuyo equipo no estaba buscando específicamente tiburones, sino estudiando la dieta de los delfines locales a través del proyecto Dolphin Diet Detectives. Las cámaras submarinas instaladas para esta investigación revelaron accidentalmente la imagen del raro tiburón, lo que generó emoción en el equipo científico.

La doctora Sarah Perry, gerente de Conservación e Investigación Marina del proyecto, celebró el hallazgo como un evento extraordinario y recordó que estas imágenes evidencian cuán rica sigue siendo la biodiversidad en los hábitats del fondo marino, incluso si permanece fuera de la vista.
Pesca de arrastre: un desastre silencioso bajo el mar
La amenaza principal para especies como el tiburón ángel es la pesca de arrastre de fondo, una práctica industrial que utiliza enormes redes pesadas para raspar el fondo del océano. En este proceso, no solo se capturan especies objetivo, sino que también se destruyen hábitats enteros, desde bancos de coral hasta zonas de reproducción de especies vulnerables.
Esta devastación silenciosa fue mostrada recientemente en la película OCEAN, de Sir David Attenborough. En ella, se expusieron por primera vez imágenes de rayas y cefalópodos huyendo en pánico de las redes, mientras quedaba tras de sí un paisaje marino arrasado. Toby Nowlan, director del documental, comparó el impacto de la pesca de arrastre con “demoler con excavadoras un bosque antiguo o la selva amazónica”. Pero a diferencia de esos ecosistemas terrestres, el daño en el fondo del mar pasa desapercibido porque ocurre lejos de los ojos del público.
Nowlan subrayó que la clave del problema es que ha permanecido oculto: “Fuera de la vista, fuera de la mente”. Sin embargo, gracias a imágenes como la del tiburón ángel, la opinión pública comienza a tener una visión más clara de lo que realmente ocurre bajo las aguas.
El impacto no solo afecta a la vida marina. La pesca de arrastre también contribuye a la liberación de carbono almacenado en los sedimentos oceánicos, lo que agrava el cambio climático. Y en términos económicos, reduce las poblaciones de peces comerciales a largo plazo, afectando a comunidades pesqueras sostenibles.
Un posible punto de inflexión para la conservación marina
El avistamiento del tiburón ángel se da en un contexto político clave. En este momento, el Parlamento galés y el Gobierno del Reino Unido están debatiendo una posible prohibición de la pesca de arrastre de fondo en las Áreas Marinas Protegidas. De concretarse, esta medida representaría un paso histórico hacia la preservación de la biodiversidad marina en el Reino Unido.
Las imágenes obtenidas por el proyecto Dolphin Diet Detectives aportan evidencia contundente de la riqueza de vida que aún subsiste en estos ecosistemas marinos. Y sobre todo, destacan lo que está en juego si no se toman decisiones firmes para proteger estas zonas.
“La urgencia de prohibir la pesca de arrastre de fondo no es solo una cuestión científica, es ética”, afirmó la doctora Perry. “Si no actuamos, podríamos perder para siempre especies como el tiburón ángel, junto con innumerables otras formas de vida marina que ni siquiera conocemos todavía”.
La reaparición de este escurridizo animal podría convertirse en un símbolo de lo que aún puede salvarse. Aún es posible revertir parte del daño. Pero para lograrlo, se necesita voluntad política, conciencia pública y una acción decidida.
La aparición del tiburón ángel en la bahía de Cardigan no solo es un evento biológico fascinante, sino una advertencia urgente. Nos recuerda que los océanos aún albergan maravillas, pero también que están en riesgo inminente. Protegerlos depende de lo que hagamos ahora.
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