Un nuevo estudio revela que los bonobos pueden combinar vocalizaciones de forma compleja y significativa, similar al lenguaje humano. Esto pone en duda la idea de que la composicionalidad sea una habilidad exclusivamente humana y abre nuevas perspectivas sobre la evolución de la comunicación.
El hallazgo: bonobos que combinan llamadas como palabras

Durante años se creyó que la capacidad de combinar sonidos para formar significados complejos era única de los humanos. Sin embargo, una investigación de las universidades de Zúrich y Harvard desafía esa idea al demostrar que los bonobos también pueden construir estructuras vocales con sentido.
El equipo analizó 700 grabaciones de bonobos salvajes en la Reserva de Kokolopori, República Democrática del Congo. A partir de ese material, documentaron más de 300 contextos asociados a cada emisión vocal, y utilizaron métodos lingüísticos para descifrar su estructura y significado.
Lo más revelador fue que los bonobos no solo emiten sonidos con intención, sino que también los combinan de maneras que reflejan una lógica compositiva. En otras palabras, como nosotros formamos frases a partir de palabras, ellos ensamblan sus llamadas siguiendo patrones que modifican o amplifican el sentido.
Esto contradice la idea de que la comunicación animal carece de gramática. En realidad, los bonobos muestran una capacidad para crear combinaciones vocales complejas, algunas incluso con sentido no trivial, como las que usamos los humanos para matizar o especificar ideas.
Composicionalidad: la raíz del lenguaje humano en otros primates

La composicionalidad es una propiedad clave del lenguaje. Nos permite tomar unidades con significado propio (como palabras) y combinarlas para formar estructuras más complejas que conservan o transforman su significado original. Los bonobos, según este estudio, también la utilizan al comunicarse.
En su forma más básica, la composicionalidad trivial se entiende como una suma de partes. Por ejemplo, en “bailarina rubia”, ambas palabras mantienen su significado original y juntas describen una idea compuesta sin alterar ninguna de ellas.
Pero hay un nivel más complejo: la composicionalidad no trivial. Allí, una palabra modifica o redefine a otra. “Bailarín malo”, por ejemplo, no implica que alguien sea malvado y, además, bailarín, sino que su forma de bailar es deficiente. Este tipo de matiz no se había comprobado antes en animales.
Los investigadores identificaron cuatro estructuras diferentes en las llamadas de los bonobos, de las cuales tres muestran esta composicionalidad no trivial. Es decir, algunas vocalizaciones de estos primates alteran el significado de otras cuando se combinan, algo que antes se creía imposible fuera del lenguaje humano.
Este hallazgo sugiere que la capacidad de construir significado mediante combinaciones de sonidos es mucho más antigua de lo que se pensaba. Podría haberse desarrollado en un ancestro común entre humanos y bonobos, hace entre 7 y 13 millones de años.
Implicaciones evolutivas y futuras investigaciones

Este descubrimiento cambia nuestra visión sobre cómo surgió el lenguaje humano. En lugar de una aparición repentina y única, parece más probable que el lenguaje se construyó a partir de habilidades ya presentes en otros primates, como la composicionalidad vocal.
Si los bonobos pueden combinar llamadas siguiendo principios lingüísticos, eso implica que algunos fundamentos del lenguaje podrían no ser exclusivos de nuestra especie. Al contrario, podrían haber evolucionado gradualmente en especies ancestrales compartidas con otros primates.
La investigación también destaca la utilidad de aplicar herramientas lingüísticas humanas en estudios con animales. Gracias a estos métodos, fue posible determinar patrones de significado y estructura en las llamadas de los bonobos, revelando un nivel de complejidad previamente pasado por alto.
Simon Townsend, autor principal del estudio, subraya que este tipo de comunicación no debería considerarse rudimentaria. De hecho, apunta a una sofisticación similar a la del lenguaje humano en ciertos aspectos estructurales. Su colega Martin Surbeck agrega que esta habilidad probablemente se heredó de un ancestro común.
El estudio abre nuevas preguntas: ¿Qué otros animales podrían tener formas de composicionalidad no detectadas aún? ¿Es posible que la evolución del lenguaje esté más extendida en el reino animal de lo que suponemos? La ciencia recién comienza a explorar estas posibilidades.
Experimento de Xiaomanyc: Comunicándose con bonobos en su propio lenguaje

El lenguaje de los bonobos es tan complejo, que un un experimento innovador del youtuber Xiaomanyc, conocido por su dominio de múltiples idiomas, logró comunicarse con bonobos utilizando su propio lenguaje. Este proyecto se llevó a cabo en el Ape Initiative, un centro de investigación en Des Moines, Iowa, dedicado al estudio y conservación de bonobos.
Para prepararse, Xiaomanyc pasó semanas estudiando las vocalizaciones y gestos característicos de los bonobos. Su objetivo era replicar estos sonidos y movimientos con precisión para interactuar de manera auténtica con los primates. Al llegar al centro, fue recibido por un investigador que lo guió durante el proceso.
Durante el experimento, Xiaomanyc se encontró con varios bonobos, incluyendo a Kanzi, Maisha, Clara, Mali y Elikya. Al imitar las vocalizaciones y gestos específicos de los bonobos, logró captar su atención y provocar respuestas sorprendidas en ellos. Especialmente notable fue la reacción de Kanzi, quien mostró asombro al ver a un humano replicando comportamientos típicos de su especie.
Este experimento no solo demostró la capacidad de los bonobos para reconocer y responder a las señales de su propio lenguaje provenientes de un humano, sino que también resaltó la importancia de comprender y respetar las formas de comunicación de otras especies. Además, el video sirvió como una iniciativa para recaudar fondos y crear conciencia sobre la conservación de los bonobos, una especie en peligro de extinción.
Los bonobos han demostrado que pueden combinar vocalizaciones con un nivel de complejidad sorprendente. Este descubrimiento cuestiona la exclusividad del lenguaje humano y sugiere que nuestras raíces comunicativas podrían remontarse mucho más atrás de lo que creíamos, compartidas con nuestros parientes más cercanos en el reino animal.
Referencia:
- Science/Extensive compositionality in the vocal system of bonobos. Link.
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